Fue el Sr. Jean Tatin el que acondicionó el “Hotel Tatin“, situado en la localidad de Lamotte-Beuvron (Francia), debido a que Napoleón III compró un castillo en la zona y sabía que llegarían viajeros de muchas partes.
A la muerte del Sr. Tatin en el año 1888 fueron sus hijas las que regentaron el hotel, se llamaban Caroline (1847–1911) y Stéphanie (1838–1917).
El origen de la tarta Tatin o tarta invertida, parece ser que sucedió por accidente en el hotel. Aunque si fue así sería un glorioso accidente, y aunque hay muchas historias acerca de dicho origen, parece que la más aceptada es la que cuenta que un despiste de Stéphanie hizo que se cocinaran más de la cuenta las manzanas y para no desperdiciarlas le pusieron encima una masa y la hornearon, después con mucho cuidado le dieron la vuelta y dieron lugar a una de las recetas más famosas de la cocina francesa.
Otros dicen que se equivocó al poner las manzanas en el molde antes que la masa, y hay también quien argumenta que la tarta Tatin se creó a conciencia, siendo las tartas invertidas las que se solían hacer cuando no había hornos en las cocinas.
Otra anécdota sobre cómo consiguió tanta popularidad, fue cuando un día apareció un afamado repostero parisino que la probó y al quedar enamorado de su sabor le pidió a la cocinera que le explicara cómo se preparaba. Al cabo de un tiempo este cocinero la ofrecía en su restaurante (Maxin’s), pero fue tan honrado, que el nombre que le dio fue en homenaje a sus auténticas creadoras.
La tarta original es de manzana, pero si la probáis os daréis cuenta que podéis utilizar multitud de frutas e incluso hacerlas saladas. En la receta original primero se preparan las manzanas en el fuego y luego se ponen en un recipiente que se pueda meter en el horno y que tenga los bordes altos en el que se colocará la masa, aunque otra gente hornea primero las manzanas por un lado y luego añade la masa sólo para hornearla. El caramelo que endulza las manzanas se puede hacer con azúcar morena o con azúcar blanquilla, y puede aromatizarse con canela, limón o vainilla.
Con respecto a las manzanas, conviene que no se deshagan después de caramelizarlas y hornearlas, para ello puedes elegir Reineta, Golden o incluso Fuji, pero controlando siempre que no se hagan demasiado.
Así que espero que os haya gustado esta historia sobre el origen de la tarta Tatin y que si algún día visitáis el Valle de Loira tenéis que visitar el Hotel Tatin que en la actualidad sigue abierto.
- Fotos: Hotel Tatin
- Postres Originales | Tarta tatin de cerezas y manzana. Receta
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