Por fin, me estreno este año cumpliendo un propósito que era hacer una sección en el blog de cuadros relacionados con el mundo de la cocina por sus ingredientes o platos que aparecen en ellos, porque al igual que las películas, el arte es otra de mis pasiones. Y la primera pintura elegida ha sido el famoso cuadro barroco de “La Virgen de las uvas” (óleo sobre lienzo, 121×94 cm), pintado en 1640 por el pintor francés Pierre Mignard (Troyes, 7 de noviembre de 1612 – París, 30 de mayo de 1695) que se conserva en el museo del Louvre en París.
Este cuadro ha sido muchas veces copiado, reproducido y también “recreado” por otros autores, con lo cual podemos decir que es un “clásico” del arte barroco francés.
Pierre Mignard, como muchos autores, perfeccionó su estilo en Italia como podemos observar en los contrastes entre sombras y luces pero siempre de una forma equilibrada, sin dramatismo y en armonía.
El rostro de la Virgen posee una belleza serena que nos recuerda a las obras del gran pintor renacentista Rafael Sanzio cuya composición también es piramidal.
Sobre el cuadro “La Virgen de las uvas” hay muchos estudios sobre el simbolismo, por ejemplo, se dice que las manzanas de la cesta hacen referencia al pecado original y las uvas se pueden interpretar como el símbolo del seno de María que alimenta a su Hijo:
(Cantar de los Cantares 7, 7-9).
Pero también con las uvas el autor quiso representar que el Niño Jesús viene a redimirnos con el sacrificio de su sangre derramada en la cruz y ofrecida en la Eucaristía. Intuyéndolo, éste lo acepta, pone sus manos sobre las uvas que le presenta su madre y cruza los pies, anticipando la postura de los pies traspasados por un clavo en la cruz que simboliza la unión de Jesús con la humanidad a través de sacrificio.
Este atributo de las uvas es una advocación mariana, y aunque no es específico de los países productores de vino, muchos pintores lo han utilizado en sus cuadros. Eso sí, podemos encontrar esta simbología en áreas vinícolas de habla alemana donde es considerada la Santa Patrona de las uvas y vinos.
Lo realmente encantador de la pintura “La Virgen de las uvas” es el gesto del Niño Jesús, que juega a esconderse bajo el velo de su Madre. El Niño aún se siente frágil, por lo que busca protección bajo el velo materno y nos mira con ternura, suplicándonos compasión.
Por su parte, María, se asocia a la ofrenda de su Hijo, pero intenta protegerle abrazándolo y ofreciéndole su cariño.
Así que si vais a visitar la ciudad de París no podéis dejar de contemplar “La Virgen de las uvas” para disfrutar de toda la ternura que derrama por todas partes.
que dabas al Niño Dios,
me dan ganas de meterme
entre los dos.
¡Que dos piedras de lagar
para racimos de amor!
Entre los dos corazones,
entre los dos.
(José Luis Martín Descalzo)
Precioso! el amor se puede ver plasmado hasta a través de una pintura, sin duda es un cuadro muy lindo!!
Besitos!!
Me encanta esta nueva sección, Pilar: es un lujo disfrutarla así como conocer tus maravillosas recetas.
Es fantástico tu blog, casi tanto como tu.