Me encanta ver cómo poco a poco va creciendo esta sección de cuadros, hoy la aportación es la Madonna de la granada, realizada al temple sobre tabla, de 83 x 59 cm, por Guido di Pietro o más conocido como Beato Angelico o Fra Angelico (Mugello, 1390-Roma, 1455), es una obra extraordinaria pintada en uno de los momentos decisivos de la historia del arte europeo: la Florencia de principios del siglo XV y que desde el pasado enero de 2016 se ha incorporado a la colección de pintura italiana del Museo de El Prado, tras su adquisición a la Casa de Alba. Sin duda alguna aumentará aún más las visitas a esta pinacoteca y complementará a “La Anunciación” de Fra Angelico.
La Madonna de la granada, es una obra de extraordinaria calidad, y totalmente autógrafa, ya que está datada hacia 1426 y las primeras intervenciones de ayudantes en obras de Fra Angelico se dieron hacia 1430. El estado de conservación es prácticamente impecable, solo presenta pequeñas pérdidas en el nimbo del Niño.
El marco no es original, sino que fue realizado por Talleres Cano, de Madrid, en la década de 1920; si bien sigue la estética del siglo XV con un magnífico acabado.
La obra fue comprada en el año 1817 por el XIV Duque de Alba en Florencia. No se sabe con certeza para quien fue pintada. El duque de Alba fue uno de los más ávidos coleccionistas de la España de su época. Desde su llegada a España la Virgen de la granada de Fra Angelico permaneció hasta su compra por El Museo del Prado en el llamado Salón Italiano del palacio de Liria en Madrid.
Se caracteriza por la riqueza de materiales, como es el abundante oro, no sólo en áreas visibles, como el paño de honor, también como base para el suelo con hierba donde se asientan las figuras. Sin contar la enorme cantidad de horas de trabajo en su ejecución. No podemos olvidar la formación inicial de Fra Angelico como miniaturista.
La Madonna de la granada forma parte de una serie de Vírgenes con Niño que Fra Angelico pintó en la década de 1420 y que delatan su progresivo dominio de la anatomía, la luz y el espacio. Toma su nombre del fruto que sostiene la Virgen y atrae la atención de su hijo, que la toca.
La granada que sostiene con su mano derecha la Virgen es el eje central de la pintura. En el arte cristiano la granada es un fruto de gran simbolismo. Por un lado representa la fecundidad, por ser uno de los frutos que más semillas contiene y también representa la realeza, por estar rematado por un cáliz con forma de corona. Su presencia en manos de la Virgen hace además referencia a su castidad, de la que también es símbolo en el Occidente cristiano.
Por otra parte, sus semillas de color rojo, semejantes a gotas de sangre, prefiguran la Pasión, al poner el Niño su mano derecha sobre ellas con lo que manifiesta la aceptación de su futuro sacrificio, su muerte y su resurreción. Sin olvidar que también simboliza la unidad de la Iglesia, por tener semillas numerosas, pero que permanecen juntas dentro de una misma piel.
La Virgen de la granada es una de las poquísimas obras maestras del período en manos privadas, pues desde que la pintura del Quattrocento italiano empezó a suscitar el interés de críticos y aficionados a principios del siglo XIX, se convirtió en codiciado objeto de deseo de museos y coleccionistas.
A día de hoy, las realizaciones más sobresalientes de Masaccio, Massolino y Fra Angelico pertenecen a los grandes museos europeos y americanos. Estas circunstancias, añadidas a su buen estado de conservación, otorgan a la Madonna de la granada una importancia excepcional.
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