El otro día viendo las películas que estaban en Netflix me encontré con esta película que aunque no es una obra maestra te hace pasar un buen rato, sobre todo si te gusta la cocina, porque va a despertar tu gusto por los dulces elaborados con mimo, sobre todo por los cannoli, se trata de Mi panadería en Brooklyn, del director Gustavo Ron. Por cierto, en el caso que detectes que algunos de los enlaces de todas las películas de gastronomía no funciona solo tienes que decírmelo e intentaré solucionarlo a la brevedad.
La película que es coproducción entre España y EE.UU nos cuenta la historia de Chloe (Krysta Rodriguez) y Vivien (Aimee Teegarden), dos primas que tras la repentina muerte de su tía heredarán su histórica panadería llamada la “Boulangerie Isabelle’s“, la cual incluía tanto sus recetas, cómo sus deudas.
Mientras intentan hacer frente a las presiones del banco que quiere por todos los medios embargarles el establecimiento, ambas comenzarán una lucha por imponer su visión sobre el negocio, en un Brooklyn que vive una lucha entre conservar lo antiguo y actualizarse: una apostará por la parte más tradicional, intentando mantener la esencia de las recetas de la tía, y la otra querrá arriesgar dándole un toque más vanguardista y moderno al local. Pero no solo tienen opiniones distintas en el negocio, sino también en el amor.
Aunque inicialmente la historia que escribió Gustavo Ron transcurría en Inglaterra, tuvo que reescribirla ante la imposibilidad de cerrar una financiación para rodar allí, aún así la esquina escogida es una referencia directa a la película The Shop Around the Corner (La tienda de la esquina) en la cuál se inspiró al escribir la historia.
“La película tiene mucho de Lubitsch y de Capra, de ese entorno de historias de barrio donde todo ocurría en las mismas localizaciones y donde al final el barrio tenía un protagonismo especial para ayudar o salvar la situación”. Gustavo Ron.
Como te dije al inicio esta película es más bien para disfrutar en la sobremesa porque si bien algunas secuencias rozan el ridículo, como su forzado homenaje a los tartazos del cine mudo, el cineasta consigue arrancar carcajadas con un humor blanco.
Y… estate atenta a la película porque Daniella (Blanca Suárez) hace algunas referencias a Chile con la marca de un vino y hablando de un lugar que es una auténtica joya pero no quiero desvelarte el lugar para que lo descubras por ti mismo.
Una panadería en Brooklyn – Trailer (Español)
“Es una comedia blanca, pura, con mantequilla y mermelada, para todos los públicos, que, lógicamente, va a tener mucha más aceptación entre un público más adulto al que le gusten las comedias románticas”. Gustavo Ron
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